Wednesday, December 12, 2007

EDNA ST. VINCENT MILLAY


La primera mujer que recibió el Premio Pulitzer de Poesía fue Edna St. Vincent Millay, una de las poetas estadounidenses más fascinantes de la primera mitad del siglo pasado. La amé con pasión ilimitada tras leer su biografía publicada en el 2001, “Savage Beauty: The Life of Edna St. Vincent Millay”.

Su infancia transcurrió de pueblo en pueblo, junto a su madre divorciada y 2 hermanas, viviendo de la caridad de parientes y amigos adinerados. Luego la familia se radicó en Camden, Maine –estado natal de Edna- en una modesta casa en la propiedad de una tía abuela. Fue una infancia de carencias materiales; sin embargo, rica en imaginación y retos. Cora, la madre, siempre viajó con sus libros de Shakespeare o John Milton, con los cuales alimentó el espíritu de sus tres hijas.
Los talentos literarios de Edna comenzaron a florecer en la Escuela Secundaria, en la medida que publicaba en revistas y periódicos de Camden. En 1912 concursó en The Lyric Year con su poema “Renascence”. A pesar de que todas las espectativas estaban a favor de su poema, Edna ocupó el cuarto lugar. El incidente se volvió escándalo y su obra acaparó más publicidad.

En una lectura de poesía, una mujer adinerada llamada Caroline B. Dow escuchó a la joven poeta y quedó tan impresionada que le ofreció pagarle los estudios superiores. Así fue que Edna Millay se educó en Vassar College. Después de su graduación, en 1917, se mudó a la Ciudad de New York, donde vivió una vida bohemia compartiendo con los pintores, escritores y poetas en pleno desarrollo, y con los ya establecidos y de moda. De 1923 a 1924 vivió en el edificio que aparece a la izquierda, ubicado en el Greenwich Village, el cual tiene la tarja que muestro al inicio de este post. Fue la época en que ella ganó el Pulitzer con su libro “The Harp-Weaver, and Other Poems”.

Edna fue una mujer de grandes pasiones. Amó a hombres y mujeres con la misma intensidad, y se sabe que su matrimonio con Eugene Jan Boissevain en 1923 fue una relación abierta y de entendimientos mutuos. El era un hombre de 43 años que la apoyó en su trabajo creativo y consintió en sus, para la época, extravagancias. La pareja vivió en la finca Steepletop en Austerlitz, New York, donde recibían amigos por temporadas. Edna le sobrevivió cuando él murió de cáncer en los pulmones, falleciendo ella un año después.


2 comments:

Anonymous said...

Que bien, un respiro de poesia! No conozco a la poetisa- yo soy old school- pero voy a leerla, Eufrates.

Tu sabes que yo te leo y te sigo, mi panga. Ah, y gracias por la cobertura de los asuntos de la otra Isla.

Un abrazo

Nino

GeNeRaCiOn AsErE said...

me gusta Ariel, de Sylvia Plath.

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